LA YINCANA
Domingo.
Al
medio día.
Te juegas todo.
Un fallo más y estarás fuera.
No puedes imaginar que un tío operativo
como tu estés pendiente de un hilo.
Debes mantener la concentración en
cada cosa que te pidan hacer.
Conoces las técnicas.
Físicamente no tienes problema.
Y mentalmente no te estresa nada
de lo que te digan.
Concentración y todo saldrá bien…
·
¡¡¡SIGUIENTE…!!!
Ese eres tu…
Sales corriendo equipado con tu
fusil, casco y porta placas.
Llevas placas reales, con peso real.
Aprietas el culo y aguantas el
esprint hasta girar la esquina de la casa.
·
¡¡¡AYÚDAME TIO!!! - te gritan y te señala a un compañero en el suelo que se coge la
rodilla izquierda con ambas manos.
Te dejas caer y le preguntas
- ¿QUE HA PASADO?
·
¡¡¡ME HAN PEGADO UN TIRO… TIO!!!
Intuyes que es en esa pierna
izquierda, así que buscas en su equipo el torniquete.
Lo encuentras en el lugar
esperado.
Se lo pones alto y apretado.
·
¡¡¡POR AQUÍ!!! - te llaman y te hacen señas desde la esquina opuesta de la casa.
Levantas la cabeza y dudas entre
asegurar el torniquete o salir pitando donde te llaman.
·
Vete, vete para allá – te dice el compañero.
Te levantas y vuelves a esprintar
hace la siguiente esquina.
Parece que en cada esquina
encontrarás una nueva “prueba”.
Efectivamente, ahí lo tienes.
Un torso típico de RCP en el suelo y un
tío que te manda arrodillarte.
Te mira y te dice - ¡¡¡LE HAN
PEGADO UN TIRO EN EL PECHO Y NO PUEDE RESPIRAR!!! – mientras te señala
la parrilla costal derecha del muñeco.
·
¡LE PONGO UN PARCHE! – gritas mientras buscas entre los alrededores del muñeco.
Encuentras varios, abres uno y se
lo pones mientras espira.
Inmediatamente el mismo tío te grita - ¡¡¡CADA VEZ RESPIRA PEOR!!!
·
Pues levanto el parche – respondes de forma automática.
·
¡¡¡NO FUNCIONA!!!
·
Pues le pincho
·
¡¡¡DONDE!!! – te dice mientras te ofrece una aguja de punción torácica.
·
2º espacio intercostal, línea media
clavicular – respondes mientras palpas con los dedos y
apuntas con la aguja el lugar.
·
Vale, muy bien, levanta y vete corriendo
hacia allí que te esperan en los arbustos.
Levantas la mirada y allí, alejado de la
casa, entre unos arbustos, una figura humana arrodillada con una camelback en
la espalda te hace señales.
Vuelves a esprintar.
No es que estés muy cansado, pero
si algo desubicado.
No acabas de entender a donde te
llevará todo esto.
Según llegas al lugar, te
grita ¡¡¡A TIERRA!!!
Tú, como buen militar, solo sabes
reaccionar de una manera, así que te dejas caer tendido con tu fusil apuntado
al frente.
·
¡¡¡REPTANDO!!! - te exige.
Llegas reptando y te encuentras a
sus pies una tráquea de cerdo real.
Te tiran un kit de
cricotiroidotomía al lado y te dicen - Haz una crico.
Comienzas abriendo el kit y
ordenando las “piezas” …
…
…
…
Tienes el bisturí en tu mano y comienzas a pinchar en la zona.
El instructor se arrodilla y se
enciende un cigarro.
Comienzas a realizar el corte.
Te echa el humo a la cara.
Sigues haciendo los pasos
lentamente.
Siguen echándote el humo a la
cara, tratando de dificultarte la tarea.
Terminas la “crico” y el cigarro a
medias que os habéis echado.
·
Muy bien hecho… ¡¡¡LEVANTA Y CORRE!!! – mientras te señala la dirección hacia donde todo comenzó.
Esprintas… llegas y allí te espera
el último de los instructores que faltaba por aparecer.
·
Te han disparado en una pierna, ¡¡¡PONTE
EL TORNIQUETE!!!
Te dejas caer y empiezas a buscar
tu torniquete mientras escuchas como el instructor cuenta – ¡Uno, dos, tres,
cuatro…!
Sabes que si la cuenta llega a
treinta y no te has colocado el torniquete estás fuera.
Las placas no te dejan doblar el
tronco para mirar cómo te aplicas el torniquete en la pierna derecha.
Alto y aplicado significa que
tienes que soltar la correa de tu funda de pistola.
No lo puedes ver, estás a ciegas,
palpando…
pero parece que va bien.
Al llegar a treinta ya tienes tu
torniquete colocado.
El instructor lo comprueba y te
hace una señal con el pulgar arriba.
Lo has conseguido.
Aprobado.
Ya eres “paramédico” o “sanitario de
combate” o como se suele decir “ya tengo el TCCC-MP”
Y ojalá fuera así como se atiende
un herido.
A base de físico, de correr de un
lado para otro, aguantar voces y hacer técnicas rápidamente.
Ojalá todas las dificultades
fueran que te echen el humo de un cigarro a la cara.
Sería mucho más fácil así que la
realidad de tener que manejar las constantes vitales después de “hacer una
crico”.
Pero no es así…
Puede que esto te suene.
O incluso lo hayas vivido.
Con más o menos voces.
Con más o menos carreras.
La típica yincana.
Lo que no es tan típico es
desgranar un caso clínico apoyado en monitorización para aprender posibles
evoluciones.
Eso es lo que vas a ver aquí, en la clase de monitorización sobre un caso de neumotórax a tensión.
Una clase grabada en directo con los
alumnos de la promoción anterior del Sanitario de Combate en Operaciones.
La mitad de los alumnos que escucharás en el vídeo son soldados de infantería y guardia civil.
Ojo al nivel que tienen.
P.D: En este curso hay heridos con los
que tomar decisiones clínicas; nada de yincanas.
P.D.2: En este curso nadie se
fumará un cigarro a tu lado mientras te echa el humo a la cara.
P.D.3: 500 horas, 20 créditos ECTS, 100
horas de prácticas, 0 yincanas.
Si tu también quieres huir del tío
del cigarro,
comparte este email con amigos y
compañeros,
re-envíalo sin piedad…
Que tengas un buen día.
por Ricardo Ruiz
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