Introducción:
El poder de parada de los proyectiles de armas de fuego, es posiblemente la cuestión más discutida de todas las relacionadas con la balística. Sin embargo, la mayor parte de los estudios y conclusiones al respecto carecen de base científica, no han sido planteados o desarrollados adecuadamente, o están influenciados por circunstancias ajenas a la investigación o subjetivas.
En realidad, la efectividad de los proyectiles es una cuestión muy importante en el ámbito policial, ya que del comportamiento de éstos puede depender la vida del agente o de una posible víctima. Ello se ha comprobado principalmente en Estados Unidos, donde existe un gran número de estadísticas sobre enfrentamientos entre agentes de la ley y delincuentes .En nuestro país estos casos van en aumento, debido a la implantación de mafias y delincuentes peligrosos, véanse los casos de Madrid, Barcelona y la Costa del Sol, y el tristemente famoso “solitario”.
En España no se han realizado hasta el momento estudios tendentes a la mejora del equipamiento policial, excepto en unidades de élite como el GEO o la UEI .En nuestra opinión, el policía o guardia civil de calle debe enfrentarse actualmente a un rango de amenazas que precisa de medios más contundentes para contrarrestarlas.
En EEUU se calcula que un agente de policía tiene 1 posibilidad entre 1000 de tener que usar su arma de fuego a lo largo de una carrera profesional de 30 años (NYPD). En España esta posibilidad se considera mucho menor, pero no por ello debe despreciarse. Algunos ejemplos de situaciones en las que el agente podría tener que disparar son:
• Detención de delincuencia peligrosa, bandas urbanas, terroristas, o enajenados.
• Reducción de un agresor en un caso de violencia doméstica.
• Eliminación de animales peligrosos como perros de presa, para evitar daños a las personas.
En todos estos casos, la legislación vigente contempla el uso del arma por parte del policía:
• Instrucción del 14 de Abril de 1983 sobre utilización de armas de fuego por miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado:
1.Los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado pueden utilizar sus armas de fuego ante una agresión ilegítima que se lleve a cabo contra el Agente de la Autoridad o terceras personas, siempre que concurran las siguientes circunstancias:
1.1.Que la agresión sea de tal intensidad y violencia que ponga en peligro la vida o integridad corporal de la persona o personas atacadas.
1.5. En última instancia, ante el fracaso de los medios anteriores, o bien cuando por la rapidez, violencia y riesgo que entrañe la agresión no haya sido posible su empleo, se debe disparar sobre partes no vitales ( ¿?) del cuerpo del agresor, atendiendo siempre al principio de que el uso del arma cause la menor lesividad posible.
• Real Decreto 1484/87 de 4 de Diciembre, sobre normas generales relativas a categorías, personal facultativo y técnico, uniformes, distintivos y armamento del Cuerpo Nacional de Policía:
Recalca la obligatoriedad del conocimiento de los medios coercitivos y de las armas.
Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, en situación de servicio activo, o en segunda actividad con destino, irán provistos obligatoriamente de alguna de las armas que se establezcan como reglamentarias durante el tiempo que presten servicio ( Sección Tercera, Art. 22, apartado 1).
Todo el personal deberá conocer de forma técnica y práctica la utilización y uso adecuado de las armas y demás medios coercitivos que se empleen en las situaciones policiales, para lo cual recibirá la formación y entrenamiento preciso ( Sección Tercera, Art. 22, apartado 3).
Por ello creemos que está justificada la presente investigación, cuyo objetivo principal es obtener unas conclusiones que permitan equipar a los agentes de la forma más adecuada ante estas contingencias.
En este proyecto se analizarán los diferentes estudios realizados sobre el poder de parada de los calibres de arma corta más usuales en el ámbito policial, tratando de llegar a unas conclusiones que permitan seleccionar las municiones más adecuadas.
Objetivos:
1: Definición exacta de PODER DE PARADA en base a las distintas acepciones que se conocen y manejan sobre el término.
2: Descripción de los mecanismos mediante los cuales los proyectiles ocasionan un daño a los tejidos vivos.
3: Estudio de las distintas investigaciones realizadas a este respecto, sus conclusiones y posibles errores.
4: Estudio del efecto de los proyectiles en base a archivos policiales y análisis forenses.
5: Análisis de las distintas municiones existentes en el mercado en los calibres de interés ( .38 Special y 9mm Parabellum, al que denominaremos 9mm Luger por ser esta la nomenclatura empleada actualmente), para determinar cuales se ajustan mejor al perfil deseado, sin tener en cuenta cuestiones comerciales.
INFORME DE INVESTIGACIÓN
2.1: Definición del Poder de Parada:
Tras consultar la bibliografía de que disponemos, hemos localizado varios términos relacionados con el objeto de estudio. Si bien no todos se refieren a los mismos conceptos, todos han sido utilizados en algún momento para explicar el efecto de los proyectiles en el cuerpo humano.
• Poder de Parada / Stopping Power: estrictamente, consistiría en causar un daño tal al organismo del agresor, que le impida continuar el ataque. Algunos han interpretado este concepto como la detención física de un cuerpo ( el del agresor) en movimiento. Según las leyes de la física, esto no es posible con un proyectil de arma corta ( ver capítulo siguiente). Otros entienden que si el blanco está en movimiento, debe producirse el colapso dentro de una distancia determinada ( unos 3 metros).
Es importante señalar que la parada no implica la muerte del agresor, sino únicamente que éste no pueda proseguir con la acción consciente del ataque. Por ejemplo, un impacto en el brazo hábil que le impida seguir disparándonos, resultaría en una parada técnica.
Generalmente, esta teoría se aplica a 1 solo disparo.
• Poder de incapacitación: capacidad de un proyectil de impedir la actividad consciente del individuo, en este caso la agresión.
• Knock Down Power/ Taylor Index: capacidad del proyectil de “ tumbar” al blanco impactado. Esta teoría se basa en la confusión entre energía cinética y momento. La formuló el cazador John “ Pondoro” Taylor. Se podría calcular multiplicando el peso en gramos del proyectil por la velocidad terminal (en pies por segundo), por el calibre (en pulgadas), todo ello dividido por 7000. No tiene en cuenta la forma de la bala, su construcción, diseño, tendencia a voltear, a deformarse o a fragmentarse.
• Relative Stopping Power: teoría propuesta por el General Hatcher en 1930. Consiste en una fórmula que ofrece porcentajes de parada, al estilo de Marshall y Sanow.
En concreto realizaríamos el siguiente cálculo: RSP: P x V x A x D
Donde: P: peso de la punta en grains ( 1 grain: 0,065 gramos). V: velocidad en pies por segundo. A: área frontal del proyectil en pulgadas cuadradas. D: constante según el tipo de punta:
– Full Metal Jacket puntiaguda: 0.7.
– Full Metal Jacket redondeada: 0.9.
– Full Metal Jacket punta chata: 1.05.
– Plomo redondeada: 1.
– Plomo punta chata: 1.05/ 1.1
– Semiblindada punta blanda: 1/ 1.1.
– Plomo semi wadcuter: 1.25.
– Punta hueca sin expandir: 1.1.
– Punta hueca expandida: 1.35.
Aunque es cierto que sirve para deducir el mejor comportamiento de unas puntas respecto a otras, no es válido para predecir el poder de parada.
• Relative Incapacitation Index: teoría creada por el Instituto Nacional de Justicia norteamericano y la Asociación de Asistencia a las Fuerzas de la Ley en 1970. Según una fórmula, unos calibres tendrían X veces más poder de incapacitación que otro. El experimento principal consistía en realizar un test de gelatina y más tarde trasladar la cavidad creada a un modelo informático de torso humano. No tenía en cuenta el tejido dañado por la cavidad temporal.
• Wound Trauma Incapacitation: término acuñado por el Dr. Martín Fackler para designar la combinación de factores físicos y psicológicos en la parada.
• Emotional Fainting: aspecto de la parada psicológica, en el que ante una situación de ansiedad, los vasos sanguíneos se dilatarían y el volumen existente de sangre no sería suficiente para garantizar el suministro al cerebro. Como el resto de factores psicológicos, no es predecible.
• Shock Neurológico: teoría según la cual la energía del impacto o un intenso dolor, producen un efecto de bloqueo general del organismo. No es predecible.
• Poder de Detención: utilizado indistintamente con poder de parada.
• Shock Hidrostático: a finales del Siglo XIX , era común realizar pruebas con explosivos en agua. Se observó que la onda expansiva causaba la muerte en masa de los peces. Algunos investigadores dedujeron que este hecho se debía a la transmisión de la onda a velocidad supersónica, y que se producía por igual en todo el medio ( una de las propiedades de los líquidos).
Estos mismos autores propusieron que, como el cuerpo humano está compuesto mayoritariamente por agua, la energía de los proyectiles actuaría de igual forma al impactar en él.
Según esta teoría, un proyectil de alta velocidad, y por consiguiente con gran energía, transmitiría esta en forma de ondas al cuerpo, que éstas se repartirían de manera uniforme, y que causarían el estallido de los órganos.
Esta afirmación no es cierta, y en el capítulo siguiente se explica el verdadero efecto de la onda de presión en un blanco humano.
Ya que uno de los objetivos de este proyecto es ofrecer una definición del Poder de Parada, concluiremos que el Poder de Parada/ Incapacitación/ Detención es “La capacidad de un proyectil para causar un daño tal en el organismo de un agresor, que le incapacita para continuar el ataque de forma consciente, dentro de un plazo de tiempo razonable. Resulta de una combinación de factores físicos y psicológicos, y no tiene por qué implicar su muerte”.
2.2: Mecanismos lesivos de los proyectiles: A lo largo de la historia, se han descrito multitud de mecanismos según los cuales un proyectil causa un daño de algún tipo a un organismo vivo.
Varios de éstos podían ser demostrados objetivamente, y otros respondían a exóticas teorías creadas a partir de datos o experimentos que, en muchos casos, ni siquiera tuvieron lugar.
En este capítulo vamos a analizarlos todos, valorando en lo posible su naturaleza real.
• Penetración ( penetration):
El proyectil, en virtud de su masa y velocidad de traslación, posee una energía. Al impactar con un sólido ( como el cuerpo humano), el proyectil cambia esta energía por penetración, que será mayor o menor según la resistencia que oponga el tejido. Dado que éstos no poseen la misma resistencia, y que los órganos vitales se encuentran, o bien protegidos por huesos, o bien tras gruesas capas de tejido ( adiposo, muscular, etc.), la penetración es un factor fundamental.
En particular, los huesos de la bóveda craneal poseen gran resistencia. Otros huesos planos como el de la cadera también precisan de una considerable energía de impacto para ser fracturados.
Asimismo, debemos tener en cuenta la posibilidad de que el brazo del adversario obstruya la línea de tiro, añadiendo volumen de tejido que habremos de atravesar para alcanzar el órgano concreto ( cerebro, corazón, etc.) que cause la incapacitación. En concreto, en posición de tiro, el brazo obstruye el 50 % del torso.
Por último, en el caso de trabajo policial, hay que considerar la posibilidad de tener que penetrar a través de obstáculos como parabrisas o puertas de vehículos, puertas, e incluso chalecos balísticos.
Dado que es imprescindible alcanzar los órganos vitales para causar un daño significativo y reproducible, la penetración es un componente de la máxima importancia.
Muchos estamentos policiales han manifestado su preocupación por la posibilidad de SOBREPENETRACIÓN, y la posibilidad de alcanzar a un inocente tras atravesar el cuerpo del sospechoso.
Sin embargo, existen muy pocos casos documentados de este fenómeno, todos referidos a situaciones con rehenes. La realidad es mucho mayor el peligro de que el agente falle el blanco y alcance a un transeúnte, que de que impacte en el delincuente, el proyectil lo atraviese, y mate a una persona ajena al enfrentamiento.
Por otra parte, sí existen multitud de casos en los que una penetración insuficiente ha causado muertes de policías y civiles.
• Cavidad temporal ( temporary cavity):
La energía del proyectil, a la vez que impulsa al mismo mientras penetra los tejidos, se transmite radialmente al paso de éste, creando un vacío o cavidad por desplazamiento de los tejidos anexos.
El tamaño y duración de este efecto dependerá de la energía del proyectil y del tipo y cantidad de tejido interesado.
Como norma general, la resistencia elástica del tejido muscular es de 1 a 4 Mpa, y el tiempo de reacción del mismo al paso del proyectil es de 5 a 10 milisegundos ( el tiempo en que el tejido desplazado vuelve a su posición original, exceptuando la cavidad permanente, claro está).
Dentro de determinados parámetros, entendemos que el tejido muscular/ blando no resulta dañado por la cavidad temporal.
Esto es cierto, no obstante, mientras que nos limitemos a la munición de arma corta. Al pasar al arma larga, particularmente si la velocidad excede los 800/900 metros por segundo, el aumento de presión sobrepasa las 150/200 atmósferas, superando el límite elástico y destruyendo o desgarrando el tejido. Esto es realmente importante si pretendemos causar daños a los vasos sanguíneos, ya que sus paredes son muy resistentes a este fenómeno.
Por otra parte, determinados órganos que no son elásticos: el cerebro, hígado y riñones serán directamente destruidos por este mecanismo.
Perfil de herida del proyectil 7,62x51 NATO fabricado en EEUU, mostrando la gran cavidad temporal causada.
Por último, algunos autores han propuesto la teoría de que la cavidad temporal puede dañar los nervios que rodeen el paso del proyectil, causando algún tipo de shock neurológico. Esto no se ha podido demostrar.
Lo que sí demostró Fackler es que una cavidad temporal que alcance a la columna vertebral, desplazando las vértebras, sí que causa un daño apreciable al sistema nervioso, pudiendo el sujeto sufrir una parálisis temporal, y por tanto la incapacitación.
• Cavidad permanente ( crush cavity):
Se trata estrictamente del tejido destruido por el proyectil a su paso. Básicamente tendría forma de canal, con un diámetro aproximado al diámetro ( calibre) del proyectil. Su tamaño puede verse afectado por la forma del proyectil, su diseño, o fenómenos derivados de éste: expansión, volteo, fragmentación, etc.
Es realmente el mecanismo que causa el daño / lesión / destrucción del tejido. Para conseguir un daño REPRODUCIBLE, el canal de la cavidad permanente debe tocar el órgano, vaso sanguíneo o zona del sistema nervioso correspondiente. Este es el único mecanismo que da al tirador un 100 % de seguridad de que se producirá el efecto deseado ( la parada).
Cualquier mecanismo que aumente la sección frontal del proyectil tendrá como consecuencia una cavidad permanente mayor. Por ejemplo, un proyectil de punta hueca calibre .357 Mágnum pasaría de 9 a 18 mm tras expandirse:
El mismo efecto lo presenciaríamos en el caso de un proyectil de arma larga que voltease, como el 5,45x39 mm. del fusil soviético AK 74:
Otra posibilidad es que el proyectil sufra fragmentación, como en el caso del 30-30 Winchester:
O bien la existencia de múltiples proyectiles y por consiguiente múltiples cavidades permanentes, como ocurre con un cartucho de postas calibre 12:
• Fragmentación ( fragmentation):
Puede consistir en fragmentos primarios ( provenientes del mismo proyectil) o secundarios ( ajenos al proyectil, como huesos, ropa, cristales, etc).
Normalmente, la fragmentación es un elemento asociado a la munición de arma larga, ya que se estima que se necesitan unos 700/ 800 metros por segundo de velocidad para que la presión genere un estrés suficiente sobre la envuelta.
La mayoría de los proyectiles se colapsan a la altura del engarce, donde existe una banda de forzamiento que debilita la envuelta, permaneciendo la punta más o menos inalterada y desintegrándose el resto.
Diferentes niveles de fragmentación en un proyectil calibre 5,56x45 mm. NATO M855/ SS109 según la velocidad alcanzada.
Perfil de herida del proyectil calibre 5,56x45 mm. NATO M193.
Perfil de herida de proyectil calibre 5,56x45 mm. NATO M855Otro ejemplo es el 7,62x51 mm. NATO fabricado en
Contrariamente a la creencia de muchos autores respecto a que la fragmentación favorece que el proyectil agote toda su energía, transmitiendo ésta al organismo, la realidad es que los misiles secundarios crean nuevas cavidades permanentes y por tanto mayor destrucción de tejido.
En los años 70 se intentaron crear municiones de arma corta que sufrieran fragmentación, reproduciendo así este efecto.
Algunos ejemplos son la Mag Safe, Bee Safe, Quick Shok o Glaser Safety. La realidad es que estas puntas tienen un poder de parada muy reducido, debido a que no penetran lo suficiente ( sobre todo tras atravesar algún obstáculo), y las cavidades permanentes de los perdigones son demasiado pequeñas ( 0.7 mm). Ante un delincuente drogado , enfermo mental o de gran corpulencia, serían inútiles.
Cartuchos de perdigones marca Libra calibre 9mm Luger
Hasta aquí los 4 mecanismos físicos y REPRODUCIBLES que causa un proyectil de arma de fuego. Sin embargo, existen otros que, aunque NO SON REPRODUCIBLES, es posible que aparezcan en algunos casos, por lo que no podemos ignorarlos.../...
por Pedro Pablo Dominguez
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